jueves, 25 de julio de 2013



No vuelan los ángeles sobre el cielo de Berlín,
sus sombras desplegadas desde las grúas
son recuerdos de una postal
en negro blanco
y una paleta acrílica
en el reverso.

Himnos de carteles acolchados, amontonando
historias que comenzaron en el check point
del siglo que enterramos en las fosas
cubiertas de graffiti.

(duelen las piernas de caminar en círculo 
sobre el abismo)

Es bueno ver el sol sobre los cuerpos desnudos
a la orilla del río helado.
Es bueno llegar antes que el tranvía
saltando adoquines
llevando la dama en el cestillo de la bicicleta.

Es bueno no olvidar
para no tener que conjurar la vergüenza.